Señala el artículo 248.1 del Código Penal que “cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndole a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno”.
Por tanto, en cualquier estafa para que sea calificada como tal deben coincidir, engaño, error, disposición económica y perjuicio. En el momento en que falte alguno de estos elementos estaremos ante otra figura, pero no una estafa.
En muchos casos se tiende a confundir al estafa con la apropiación indebida. El artículo 252 del Código Penal señala que cometen delito de apropiación indebida los que “en perjuicio de otro se apropiaren o distrajeren dinero, efectos, valores o cualquier otra cosa mueble o activo patrimonial que hayan recibido en depósito, comisión o administración, o por otro título que produzca obligación de entregarlos o devolverlos, o negaren haberlos recibido”. Vemos que para la apropiación indebida no se exige engaño y error, pero sí que el que realiza el delito haya recibido la cosa, normalmente dinero, por algún tipo de contrato de depósito, comisión o administración. Por ejemplo, el secretario de una comunidad de propietarios que se queda con dinero de la comunidad cometería delito de apropiación indebida y no de estafa.
Será necesaria la intervención de un abogado especialista para discriminar si nos encontramos ante una estafa o ante una apropiación indebida.